El 25
de mayo de 1809, se constituyó la primera Junta
que rompió con España, y significó el Primer
Grito
Libertario de América luego del levantamiento
popular que depuso a las autoridades de la
Audiencia de Charcas en la ciudad de Chuquisaca,
(Sucre - Bolivia). El 16 de julio, La Junta de
La Paz,
nombró
presidente al patriota Pedro Domingo Murillo,
ejecutado el 10 de enero de 1810. El 9 de
agosto
de
1809, en la ciudad de Quito, la Junta proclamó
la soberanía del pueblo, y el 11 de octubre
de
1810
anunció la independencia de Ecuador. El 16 de
setiembre de 1810, Miguel Hidalgo inició la
lucha por la
independencia en el Virreinato de Nueva España,
México. A partir de 1817, la guerra se
generalizó en
toda la región.
El
anhelo de libertad por la independencia y
emancipación ha sido una constante en la
historia de la humanidad a través de siglos de
permanente lucha. Recubren todas las formas de
subyugación:esclavos, masas explotadas, mujeres dominadas,
pueblos oprimidos, pueblos colonizados.
Significa
liberar al ser humano de aquello que le impide
desarrollarse con total autonomía, sueño que ha
animado a millones de hombres y mujeres a través
de la historia.
En
la independencia de América Latina las mujeres
participaron de manera decidida, incluso en
acciones militares y de liderazgo.
Sin embargo, conquistada la independencia en el
siglo XIX, los
estados nacientes crearon a sus héroes
nacionales. Durante este proceso surgieron y se
perfilaron
los rostros de los hombres que habían forjado la
emancipación de España, pero ninguna mujer
mereció tal
reconocimiento. Recién a finales del siglo XX la
presencia femenina en el proceso
emancipatorio, y en la construcción de las
naciones empezó a tener registro en nuestra
historia.
Este
fue el motivo que nos congregó en el
IV
Simposio Internacional Las Mujeres en la
Independencia de
América Latina, y que ahora anima la difusión
del primer libro que se publica en América
Latina
sobre el tema, producto de un esfuerzo colectivo
que también se expresa en esta presentación.
La
participación de las mujeres, para Daniel
Loarte, no ha sido siempre considerada en su
adecuada
dimensión, presentándose a las precursoras y
heroínas en un segundo plano. El Bicentenario
permite
realizar un balance a la historiografía escrita
sobre el particular y efectuar un acercamiento
desde la
perspectiva de género que contribuye a ir más
allá de un mero seguimiento - que puede
denominarse
repetitivo o tradicional- a relatos históricos
construidos desde el siglo XIX y del Centenario,
los cuales
exaltaron héroes y heroínas, con características
definidas (o incluso definitivas) y sin
cuestionamientos, debido
a su sacralización, por ser considerados
fundadores de la nación y de la patria. Son
estas construcciones de
personajes, magnánimos y sin tacha
alguna, las que formarán parte esencial de la
retórica de los discursos
cívicos y patrióticos hasta la actualidad, los
cuáles pueden brindar una visión sesgada de los
actores y hechos
históricos y constituirse en posiciones
hegemónicas, bajo determinados discursos
políticos.
Por
tanto, son necesarias estas revisiones
historiográficas para comprender la construcción
de las mujeres que
participaron en el proceso de Independencia de
América Latina y el trasfondo político, social,
histórico e
intencional con el que fueron elaboradas dichos
personajes. Una perspectiva de género, sin
concepciones
sesgadas ni excluyentes y sin prejuiciosas
reivindicaciones, posibilitará ir más allá de
conceptos comunes atribuidos a las mujeres en la
Independencia, tales como las caracterizaciones
masculinas o las acciones extraordinarias y
repensar conceptos tales como patria,
nación
e identidad.
Respecto de las mujeres en el discurso político
independentista, Marieta Cantos Casenave y
Beatriz Sánchez Hita, señalan que los trabajos
presentados en este capítulo dibujan el papel
que se
atribuye, o quiere dársele, a las mujeres a lo
largo del XIX así como el rol que desempeñaron
algunas damas en la convulsa sociedad en la que
les tocó vivir. Todas estas cuestiones han
sido
hasta la fecha poco abordadas, por lo que los
trabajos contenidos en este bloque suponen
sin
dudas un notable avance en las investigaciones
sobre el género y su implicación en la lucha
por la independencia, y de manera específica del
lenguaje empleado para captar a la mujer y
sumarla al proceso, sin olvidar cuál era la
situación específica de la mujer en la sociedad
de la
época
y la proyección que tendrá posteriormente.
El
inicio de los procesos independentistas en
América Latina lleva aparejada una utilización
concreta del discurso y los mensajes destinados
a captar la atención de las damas, a las que se
trata
de implicar en el proceso de muy diversas
formas: algunas de las que pertenecían a
estratos sociales altos contribuyeron con sus
tertulias a la difusión de una determinada
ideología, y fomentaron la recaudación de fondos
para equipar a las tropas;
otras
tomaron parte activa en la lucha convirtiéndose
luego en renombradas heroínas y unas pocas
optaron por tomar la pluma e influir con sus
escritos a sus congéneres. En este contexto
la
educación se plantea como un elemento
imprescindible para el movimiento insurgente,
y la prensa
periódica en elemento fundamental para lograr
asentar los principios de la independencia.
Para
Edda Samudio, la construcción de la memoria
histórica de la vida cotidiana de las mujeres y su
participación durante los procesos emancipadores
constituye un tema de interés relativamente
reciente y embrionario en la historiografía
americana. Las mujeres de esa época, con sus características
particulares en cuanto a sus costumbres,
creencias y actitudes, acordes con el
estatus al que pertenecían en esa sociedad
desigual, jerarquizada y jurídicamente de
antiguo
régimen, estuvieron inmersas en los
convulsionados acontecimientos políticos del
proceso emancipador. Proceso que no sólo alteró
su cotidianidad con desolación, carencias,
deshonor e impotencia sino que, también, llevó
a muchas de ellas, tanto principales como
subalternas, a vincularse a los proyectos
monárquico o independentista.
Asumiendo el desempeño de diferentes roles, de
acuerdo a las circunstancias que hacían
necesaria su
participación, adaptando su contribución en el
caso de las patriotas, a la lucha libertaria
con
diversas formas de intervención y
responsabilidades, manifestándose, en unos
casos, de manera
abierta y, en otros, en forma soterrada pero
siempre en calidad de actoras fundamentales
de la
gesta libertaria de los países
hispanoamericanos. Heroínas todas ellas,
distinguidas y
plebeyas, que merecen reconocimiento en las
páginas de ese pasado legendario e
imperecederamente
memorable.
Según Renata
Bastos da Silva, existe la necesidad de
documentar la experiencia vivida como
posibilidad de abrir
nuevos caminos e interpretaciones de identidades
femeninas a fin de que pueda emerger no sólo
la historia de
la dominación masculina, sino sobretodo los
roles adquiridos de las mujeres como modo de resistencia.
El estudio de la
cotidianidad se presenta así como un instrumento
en la búsqueda de un nuevo conocimiento de los sujetos
sociales, diferenciados y culturalmente
diversos. Nuestra propuesta es la de contar la vida de
mujeres que transformaron la práctica de su
espacio doméstico en un espacio público, otorgándose la
categoría de actores sociales.
Berta
Wexler sostiene que las
representaciones culturales e imaginarios de las
mujeres durante la guerra de
la independencia configuran una de las
cuestiones que como historiadores, debemos
abordar. Un
proceso complejo para demoler las
construcciones del pasado, basadas en el poder,
que justificaron
posiciones políticas e ideológicas.
En la
sociedad colonial el universo femenino fue en su
gran mayoría heterogéneo, de allí que nos
planteáramos indagar sobre las representaciones
sociales que se construyeron resignificando a
las mujeres.
La
mayoría de ellas, cuando participaron de las
contiendas tuvieron atributos con alto grado de
significación ideológica que muestran rasgos de
inferioridad. Muchas de las tradiciones de los
países
latinoamericanos se apropiaron de contenidos
imaginarios de su propia identidad. Se
transmitieron
determinados
cánones a través imágenes visuales
significativas, en la etapa de formación de cada
estado. Este imaginario emitió en cada
cultura, en el siglo XIX, XX y XXI actitudes,
mitos, creencias
populares creadas por los hombres que reflejan
distintas etapas del pensamiento, la ideología
y el poder en
cada proceso histórico. Coincidimos con Mary
Nash cuando ve el imaginario como el resultado
de la
trasmisión y difusión de un conjunto de
representaciones que han conferido un
significado compartido.
Justamente por ello intentamos encontrar nuevas
fuentes y maneras de interpretarlas, a través de
la
literatura, la iconografía y el cine, cuyas
imágenes en movimiento nos ayudan a mirar el
pasado
femenino y la iconografía con una nueva
mirada que es preciso descifrar.
Sobre
el reconocimiento o invisibilidad de la mujer en
la lucha por la independencia, Jaqueline
Vassallo señala
que el movimiento revolucionario iniciado por un
centenar de personas, terminó arrastrando
consigo a los demás sectores sociales, y toda
América se convirtió en un campo de batalla. Por
lo tanto, esta
etapa marcó un antes y un después en la vida de
las personas.
Con la
revolución las mujeres participaron en la
política, de la que habían estado excluidas
durante el
período colonial. Las más pobres, a través de
reuniones, o charlas en las pulperías; y las de
sectores
acomodados en tertulias, convertidas en espacios
claves de reunión organizados por mujeres, como
Mariquita Sánchez de Thompson en su casa de
Buenos Aires; Manuela Santamaría de Manrique -
literata y humanista – en Bogotá, y la
influyente “Güera” Rodríguez
en
México. Pero a la par de estas
mujeres, otras se convirtieron en figuras
míticas, como Juana Azurduy, evidenciando las
contradicciones de un
discurso patriarcal que las concebía
“débiles”.
Sin
lugar a dudas, la historia androcéntrica que se
escribió en América Latina no sólo invisibilizó
a las mujeres, sino a
muchos otros actores sociales. Esta historia
oficial aludía exclusivamente a los “padres
fundadores”
convertidos en el paradigma de la nacionalidad y
transformados en “próceres”. No es casual,
entonces, que en el
marco de las celebraciones del primer centenario
se respaldara este pasado construido, en el
marco de las
consignas “orden y progreso” propias de la
ideología positivista.
Un siglo después, este libro rescata las
distintas formas de participación de las mujeres
en la independencia, y las diversas maneras que
la historiografía las
invisibilizó.
Sonia
Salazar, nos dice que las cartas constituyen
una
importante fuente para comprender el ambiente de
una
época, y que en contexto de la independencia
existen en archivos públicos y privados, cartas
escritas por
mujeres que revelan además de sus intereses
personales, “un medio por excelencia de
transmisión de noticias
públicas”.
Las mujeres definitivamente no estaban tan
calladas como nos ha hecho pensar la historia
tradicional.
Desde luego, a fines del siglo XVIII y
principios del XIX, escribir era un privilegio
de los varones. Tuvieron que pasar
varias décadas para que existan escuelas para
mujeres en los nuevos Estados y muchas más para
que sea
obligatoria. Sin embargo, hasta la actualidad
los escritos de mujeres no han ocupado un lugar
importante en la
historiografía, y menos aún el género literario
epistolar, eminentemente privado.
Pero las cartas de las mujeres constituyen una
prueba del rol, muchas veces protagónico, que
las mujeres tuvieron en
las gestas libertarias y definitivamente de la
ilustración de sus mentes. Desde la literatura,
algunos autores
analizan las cartas conjuntamente con las
tertulias de la época, como los espacios,
situados entre lo público y
privado, en los que ellas ejercían su
influencia. Constituye un desafío encontrar esas
cartas, leerlas y
apreciarlas en el contexto de la historia de las
mujeres. Nos permiten conocer sus actividades,
en sus
haciendas y negocios, sus hogares y la defensa
de sus hombres y de sus familias, de su honor y
buen nombre.
Están allí para que nosotros los historiadores
las validemos como documentos fehacientes de
nuestra historia.
En
la visión de la mujer en la literatura de los
siglos XIX y XX,
Ana
García Chichester, sostiene que la literatura de
América Latina durante el siglo XIX se distingue
por el gran número de poetas y escritoras que
comienzan a
escribir impulsadas por la estética del
Romanticismo. Narradoras de la talla de
Gertrudis Gómez de Avellaneda,
Clorinda Matto de Turner, Mercedes Cabello de
Carbonera, Juana Manuela Gorriti y otras
irrumpen en el mundo
(masculino) de las letras. Para traspasar “las
fronteras de una actividad convencionalmente
masculina” estas
escritoras no solamente tienen que adoptas las
normas literarias ya establecidas sino que se
ven
forzadas a “borrar la singularidad de su
experiencia histórica y personal dentro del
espacio cerrado del hogar.”
Es
así que la mujer del siglo XIX ajusta su
escritura a temas preestablecidos; la
experiencia femenina expuesta desde
una perspectiva en la cual la mujer puede dejar
de ser el objeto literario se ha de relegar
hasta el siglo XX. Tal
perspectiva cede al cambio comenzando con
Alfonsina Storni, Teresa de la Parra, María
Luisa Bombal, Alejandra
Pizarnik y otras. A partir de sus obras la mujer
adquiere su propia voz como sujeto literario.
Temas como la
amistad y solidaridad entre mujeres, el
activismo político y social, el deseo sexual
femenino o la ausencia del
padre en la familia fragmentan el discurso
masculinista. Hablar con voz de mujer significa
para estas
autoras “socavar la apropiación del discurso”
para inmiscuirse en territorios de previo
dominio masculino.
A medida
que avanza el siglo XX y como respuesta a la
represión social y política en el continente,
las escritoras
latinoamericanas subvierten los códigos y
estilos preestablecidos en la expresión escrita
para “transgredir lo
prohibido”
y plasmar su experiencia individual y colectiva.
El texto literario se convierte así en
testimonio de
una visión anteriormente reprimida y de un
lenguaje que expresa tanto la realidad como la
imaginación de la mujer.
Sara Beatriz Guardia
Lima
15 de octubre, 2010
Conferencia Magistral
Repensar la Independencia de las Américas desde
nuevas perspectivas. Invitación a una relectura.
Edgar
Montiel. UNESCO
I. Las mujeres en la Independencia de
América Latina. Heroínas y luchadoras por la libertad
Reconociendo las huellas. Micaela Bastidas y las
heroínas de la Independencia del
Perú.
Sara
Beatriz Guardia. Universidad de San Martín de
Porres. Lima, Perú.
CEMHAL.
Manuela Cañizares: La Heroína Callada.
Daniel
Loarte. Instituto Riva Agüero. Pontificia
Universidad Católica del Perú. Ministerio de
Relaciones Exteriores del Perú. .
Gertrudis Bocanegra y el proceso de construcción
de la heroína en México.
Moisés
Guzmán Pérez. Universidad Michoacana de San
Nicolás de Hidalgo, México.
Los
rostros de Xaviera Carrera. Heroína de la
Independencia.
Nanda
Leonardini. Universidad Nacional Mayor de San
Marcos. Lima – Perú.
Gregoria Battallanos, la Goyta: Mujeres en el
campo de batalla en la independencia de
Bolivia.
Esther
Aillón. Universidad Mayor de San Andrés. La Paz
- Bolivia.
Nación, Activismo y Solidaridad: Poetas mambisas
durante las Guerras de independencia de
Cuba.
Ana
García Chichester. University of Mary
Washington, Estados Unidos.
As
mulheres nas lutas poa Independência do Brasil:
contestando a História Oficial.
Miriam
dos Santos. Universidad Federal Rural de Río de
Janeiro, Brasil.
Las
mujeres zacatecanas y la Revolución de
Independencia en México.
Emilia
Recéndez Guerrero. Universidad Autónoma de
Zacatecas, México
II.
Género e independencia en la historiografía de
América
Latina
La
inscripción de la matria: discurso de género,
memoria histórica e identidad de la heroína como
alegoría de la construcción de la nación.
Fanny
Arango-Keeth. Mansfield University of
Pennsylvania, Estados Unidos.
Las
mujeres de los sectores subalternos en la
mentalidad de la elite merideña en los albores
de la
independencia de Venezuela.
Edda
O. Samudio A. Universidad de Los Andes, Mérida,
Venezuela.
Días
de pasión… Juana derrota hombres y derrumba
prejuicios.
Berta
Wexler. Universidad Nacional Rosario,
Argentina. María
Edit Oviedo. CLADEM, Bolivia.
Venciendo a la Mujer: Luisa y Pola en Guerra por
la Independencia.
Dunia
Galindo. Centro de Investigaciones Teatrales.
Caracas, Venezuela
III.
Las mujeres en el discurso político
independentista
Una
lectura sobre la condición femenina en la
Argentina del siglo XIX y la emergencia de
posibilidades para su transformación.
Teresa
M. Mestre - Adriana Ureta. Universidad Nacional
de San Juan, Argentina.
Contribución a los derechos humanos de las
mujeres y su inclusión en la Esferas ilustradas
de la
sociedad novogalaica (Occidente de México siglo
XIX).
Carlos
Fregoso Gennis. Universidad de Guadalajara,
México.
Un
discurso independentista para las señoritas
mexicanas del siglo XIX.
Olga
Martha Peña Doria. Universidad de Guadalajara,
México.
La
mujer en el discurso político independentista.
Rosa
María Gutiérrez García. Universidad
Autónoma de Nuevo León, México.
Gestos, conductas y ademanes: la corporeidad
femenina en la independencia mexicana.
Cándida Elizabeth Vivero Marín. Universidad de
Guadalajara,
México.
Griegas y Romanas en la Independencia de
Colombia (1810-1816).
Ricardo del Molino García. Universidad
Externado de Colombia.
IV.
Vida cotidiana, espacios de sociabilidad,
mentalidades y opinión pública durante el proceso
de emancipación.
Mujeres y vida cotidiana en tiempos de cambio en
el Río de la Plata.
Silvia
Tchordonkian. Universidad de Buenos Aires,
Argentina.
Mujer
y Guerras de Independencia. Paralelismos entre
la actitud de la mujer por la conquista de
la
opinión pública en España y América (1808-
1814).
María
Román López - Beatriz Sánchez Hita - Marieta
Cantos Casenave. Universidad de Cádiz, España.
Duas
Gerações de Damas na Independência Brasileira.
Renata
Bastos da Silva – Lia Faria. Universidad del
Estado de Río de Janeiro, Brasil.
Salve
a la Patria, salve mi vida!! Violencia familiar
en un escenario de lucha por la libertad.
Ana T. Fanchin. Universidad Nacional de San
Juan, Argentina.
V.
Representaciones culturales e imaginarios de
las mujeres durante la guerra de independencia
La
Batalla de Ayacucho de Teofila Aguirre. Una
pintora peruana tras las huellas de la historia
americana.
Sofía
Pachas Maceda. Universidad Nacional Mayor de San
Marcos. Lima - Perú.
¿Pueden existir las heroínas en celuloide? La
representación de las mujeres Insurgentes en el
cine
mexicano. (1934-1991).
Julia
Tuñón. Dirección de Estudios Históricos, INAH,
México.
Santa
Librada: memoria y olvido de la representación
femenina de la Libertad en Colombia (1813-1960).
Jaime
de Almeida. Universidad de Brasilia,
Brasil.
La
imagen de la mujer baiana y brasileña en la
lucha por la independencia del Brasil: Joana
Angélica y Maria Quitéria.
Suely Reis Pinheiro. Universidad Federal
Fluminense /Universidad del Estado de Río de
Janeiro, Brasil.
VI.
Reconocimiento o invisibilidad de la mujer en
la lucha por la independencia
Roles
y participación femenina en tiempos de guerra.
San Juan de la Frontera.
Patricia Sánchez. Universidad Nacional de San
Juan,
Argentina.
Algunas notas sobre las mujeres y los primeros
años de la Revolución en el Río de la Plata
Jaqueline Vassallo. UNC - Argentina.
.
La
Güera Rodríguez, a doscientos años de la
independencia de México.
María
Guadalupe Sánchez Robles. Universidad de
Guadalajara, México
VII.
La mujer vista por sí misma: diarios, cartas, y
otros
escritos
La
pluma y el laberinto: Autobiografía y
representación de Manuela Sáenz.
Claudia Luna. Universidad Federal de Río de
Janeiro,
Brasil.
En el
amor y en la guerra. La correspondencia íntima
entre Simón Bolívar y Manuela Sáenz.
Manuel
Espinosa Apolo. Investigador
independiente.
Javiera Carrera: ¿Madre de la Patria?
Ximena
Azúa. Universidad de Chile, Chile.
VII.
Visión de la mujer en la literatura del siglo
XIX y XX
Ficciones de la historia. Zubiaga de Gamarra.
Mary
G. Berg. Brandeis University, Waltham, MA,
Estados
Unidos.
Género, Independencia y litoral marítimo en Juan
de la Rosa: novela histórica
fundacional de la nación boliviana.
Camila Bari. Westminster College. Pennsylvania,
Estados Unidos.
Las
heroínas mexicanas en el siglo XIX: una
reflexión entre la historia y la literatura.
Elsa
Leticia García Arguelles. Universidad Autónoma
de Zácatecas,
México.
Sentinela avançada – Anita Philipovsky
Luísa
Cristina dos Santos Fontes. Universidad Federal
de Santa Catarina-Universidad Estadual de
Ponta Grossa, Brasil.
Lola
Montenegro. La Romántica Centroamericana
Guillermina Herrera Peña. Ex Rectora de la
Universidad Rafael Landívar, Guatemala.
Teresa Suárez. “Félix Barreto y la
construcción de un mito. Gregoria Pérez
de Denis (1764-1823)”. Historiografía y Sociedad. Discursos,
instituciones, identidades. Santa
Fe, 2009. p. 144.
Mary Nash. “Representaciones culturales,
imaginarios y comunidad imaginada en la
interpretación del universo
intercultural”. Panel 1. Identidades e
imaginarios como práctica
intercultural.
Ana Lidia García. “Historia de las
mujeres en el SXIX: algunos problemas
metodológicos”.
Bartra, Eli. Debates en torno a una
metodología feminista. México, 2002,
p. 213.
M.C. Arambel Guiñazú y C. E. Martín, “De
la oralidad a la escritura”. Las
mujeres toman la palabra. Escritura femenina del siglo
XIX. Madrid: Iberoamericana, 2001.